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El Infrafútbol del Futfem. El fútbol femenino que no se ve.

Actualmente se habla y mucho de fútbol femenino en España. Y es normal, sería de necios no admitirlo...¡¡Está de moda!! Lo conseguido por las selecciones inferiores de España, el gran papel de la selección mayor en el mundial de Francia, sobre todo la imagen en cuartos contra USA, y el éxito del F.C. Barcelona en la Champions League llegando a la final, hace que, más que nunca, el fútbol practicado por las mujeres esté en el candelero. Como consecuencia, los clubes de fútbol y las empresas patrocinadoras empiezan a atreverse, cada vez más, a apostar y potenciarlo.




Ahora bien, no pienso hablar de lo que ya vemos, porque por sí solo ya se puede apreciar y saborear. Quiero hablar de ese fútbol femenino que pasa desapercibido, sino, como cataloga Enrique Ballester en su libro homenaje al C.D Castellón y da nombre al mismo, del “Infrafútbol”. Ese fútbol que está muy lejos de los focos y parafernalia que se ha creado alrededor del actual y deslumbrante fútbol femenino. Ojo! No pretendo que esto se convierta en una crítica, es más, estoy orgulloso de que el fútbol femenino se vaya reconociendo, pero sí quiero denunciar aquello que no se ve y que los focos no permiten ver.


Durante muchos años he sido entrenador de fútbol femenino, y me considero entrenador de fútbol femenino. Creo que mi experiencia me permite hablar con cierta objetividad y criterio, pero, como siempre digo, todo son percepciones y mi opinión puede que sea diametralmente opuesta a la de otros.


He entrenado en varios clubs de Barcelona de los llamados “Històrics” y siempre he acabado con la misma sensación: “El fútbol femenino solo importa para salir bien en la foto y para ganar un dinerillo extra”.

Además, siempre he tenido la sensación que la gran mayoría de los entrenadores o formadores (en otro post hablaré de la diferencia) que me he encontrado por el camino se han subido al tren del femenino porque, en principio, hay menos competencia, y con la idea de que, por ello, llegarán más lejos que en el masculino. Muy lícito, pero la predisposición o motivación, en mi opinión, es errónea. Hay mucho por hacer aún para tener esa idea.


Esta percepción (que cada uno o una la valore como quiera) se fundamenta en varios factores:

-Los clubs necesitan notoriedad, por ello pretenden utilizar la vía del femenino como camino “más rápido”.


-Los clubs necesitan formar un femenino para no ser diferentes al resto y, en consecuencia, no ser tildados de machistas (consciencia tranquila).


-Los clubs necesitan dinero, por lo que amplías la oferta creando equipos femeninos. -Los clubs buscan ese dinero extra que da la federación, o daba, para incentivar a los clubs a crear equipos femeninos.


- A los dirigentes de los clubs, la gran mayoría, les importa un bledo el fútbol femenino, eso sí, si viene la prensa ponme dos o tres chicas vestidas con la camiseta del club para hacerme la foto. ¡Y que se me vea, eh?!


Y así, un largo etcétera. Reitero, son mis percepciones.

El fútbol femenino, lamento decir, no importa a la gran mayoría de clubs. Sigue imperando una cierta hipocresía entorno a éste. Son pocos los presidentes de clubs que van a ver a su primer equipo femenino un sábado por la tarde o un domingo a primera de la mañana, sin que haya un interés “político” o “económico” por medio. Son pocos los clubs que realmente planifican una temporada en la que los equipos femeninos tienen más de un día a la semana medio campo entero para poder preparar los entrenamientos. Son muy pocos los clubs en los que se apueste económicamente por los equipos femeninos con el fin de que estos crezcan y se consoliden año tras año. Y, lo que es peor, son pocos los clubs que hacen un estudio previo de los pretendientes o pretendientas que entrenarán y formarán los equipos femeninos de ese club, ya que la mayoría de entrenadores o entrenadoras son puestos como remedio, “es lo que hay”, no como apuesta. Eso hace que muchos equipos año tras año se vayan perdiendo por el camino.


Ahora bien, estoy hablando de la mayoría, evidentemente, hay clubs que apuestan, mucho y bien, por sus equipos femeninos y el bienestar deportivo de sus jugadoras, pero, repito, en mi opinión, son pocos.


En mi opinión, el gran problema de este infrafútbol es la demografía. Es la falta de niñas o chicas que quieran jugar a fútbol, sobre todo, a edades tempranas. Aunque cada día que pasa es menos problema, mi experiencia me dice que las niñas o chicas suelen jugar a fútbol empujadas por la moda y por estar con sus amigas. Son pocas las que jueguen a fútbol porque realmente les gusta y desde bien pequeñas. Muchas de ellas empiezan muy tarde a jugar. Además, por desgracia, seguimos teniendo pequeños estigmas y estereotipos como barrera, aunque cada vez son más residuales, siguen estando y se siguen percibiendo. Además, como ya he indicado, hay pocas niñas o chicas que empiecen a jugar a fútbol a una edad temprana, muchas empiezan tarde, 10-11 años, por lo que su base futbolística es prácticamente nula.





Creo que tenemos, actualmente, una base futbolística, general, que está en pleno desarrollo. El nivel de las jugadoras que vemos en la televisión es elevado (y aún estamos lejos de alcanzar la plenitud, lo que vemos no es nada, lo mejor aun esta por llegar), sí, pero son fruto de la concentración de talento en 3 o 4 clubs de cada región.


En Catalunya, por ejemplo, aunque será similar en todas las regiones, ves como el nivel de los equipos depende de tres factores muy claros:

  • -La inversión económica.

  • -La competencia.

  • -La planificación.

El primer factor es el más relevante, gana a todos, la inversión económica, la apuesta por el crecimiento y el desarrollo de los equipos femeninos de un club. El club que facilita a las jugadoras el jugar a fútbol, ya sea no pagando cuotas, ya sea pagando dietas, ya sea poniendo transporte...etc...es el punto diferencial, ya que sueles acabar ganando a los padres y madres, que son los que pagan. Además, permite atraer talento. Lo dicho, hay pocas jugadoras con talento, ya que, reitero, la base aún está por desarrollar, por lo que si un club “facilita” a las niñas o chicas ser parte del mismo tiene mucho ganado. Ésto hace que se cree un “mercadeo” en categorías inferiores lamentable e injusto. Lamentable porque nos encontramos que las chicas o niñas (y progenitores) deciden ir a un club u otro si no pagan, sin valorar los otros dos factores que luego comentaré. E injusto porque, uno, nos encontramos que los clubs se ven obligados a igualar la oferta si quieren retener talento y, dos, porque hay jugadoras de menos nivel que probablemente tienen menos medios económicos que esa jugadora, viéndose obligadas a pagar una cuota que la otra jugadora, simplemente, por ser “mejor” no. Y esto, hace poco, no pasaba o pasaba menos. Ahora está a la orden del día.


El segundo factor, la competencia, debería ser un factor que ayudase al fútbol femenino a mejorar, pero, repito, estamos empezando, estamos gateando. Aunque hayan clubs que llevan años apostando por el femenino, no hay jugadoras suficientes, por lo que la competencia es atroz a la hora de atraer talento. Si un club lleva años apostando por el femenino, tiene una buena base y tiene una buena reputación, ¡maravilloso! Pero...tengamos en cuenta el primer factor, el dinero. Si un club que lleva años trabajando su fama y alrededor tiene otros clubs que “compran” las jugadoras, se ve obligado a invertir mucho más dinero o, por el contrario, dejar de ingresarlo, ya que deberá bajar cuotas, rebajar salarios de entrenadores, por lo que, poco a poco la fama de ese club dará igual, ya que de golpe se ve ante una presión económica a la cual no estaba acostumbrado. Y mi experiencia me dice que un club amateur siempre recorta gastos por abajo, más si tiene un equipo senior masculino en alguna categoría elevada. Consecuencia, la fuga de talento, la pérdida de prestigio y el perderse en la marabunta del Infrafútbol.


El tercer factor, la planificación, es el factor que puede ser la solución para lo demás. El club que apuesta por una buena planificación y que tiene un objetivo muy claro, con poco puede hacer mucho. Ya he dicho que hay pocas jugadoras de talento, pero no quita que haya muchas niñas o chicas que quieran practicar este deporte tan maravilloso. El club que apuesta por la formación más allá de la competencia, en mi opinión, está llamado a consolidarse en un futuro. El fútbol masculino lleva más de un siglo de ventaja al fútbol femenino, en crecimiento, en formación, en desarrollo de la técnica...etc...¿por qué correr? Son pocos los clubs que se pueden permitir el fichar a las mejores. Son pocos los clubs que tienen la reputación y la capacidad económica para atraer y retener el talento, pero siempre hay la posibilidad de ofrecer algo diferente. Y ahí es dónde una buena planificación, el saber hacia dónde quieres ir, el no tener prisa, el comenzar la casa por los cimientos puede hacerte consolidarte en este mundo llamado fútbol femenino.


Soy de los que piensa que para competir debes invertir económicamente (cuerpo técnico, futbolistas, instalaciones...), pero para formar lo que debes invertir es en calidad humana. Debes apostar por entrenadores o entrenadoras que tengan vocación de formar, que para ellos o ellas competir sea secundario, que sepan canalizar el ansia y la frustración que supone perder, porque en formación se pierde mucho, y lo sepan encaminar haciendo que el club y el equipo al cual pertenecen sea, en pocas palabras, una familia.

Evidentemente, toda planificación necesita de una inversión económica, pero, en mi opinión, es menor si tu prioridad es la de crear una buena base para crecer.


Tal y como he dicho, el problema del fútbol femenino es la demografía, pero, especialmente, la concentración de talento en una élite. Lo que vemos actualmente en la televisión es fruto de esa concentración. En Catalunya es muy difícil ser un Barça, un Espanyol e incluso un Damm. Los dos primeros tienen equipos en liga Iberdrola, ya que es obvio que al tener detrás un equipo de fútbol masculino profesional te da mucho nombre y económicamente te dota para poder seleccionar y atraer el talento. Pero, como todo el mundo sabe, hace poco el FC Barcelona era un equipo irrelevante en el fútbol femenino y el Espanyol ha estado varios años reencontrándose.

En categoría juvenil tenemos a Damm, que al tener detrás una multinacional les permite poder atraer talento y competir contra los Barça y Espanyol, ya que económicamente se puede permitir retener el talento.

¿Y el resto? En mi opinión, el resto de clubs están lejos de poder mantener la competencia contra estos monstruos. Reitero, concentración de talento. Son pocas las jugadoras de talento que se puedan resistir a la llamada de alguno de los tres grandes. Eso sí, no quita que se estén haciendo las cosas muy bien en determinados clubs que apuestan y mucho por el fútbol femenino.

Ahora bien, lo que vemos en la televisión es casi irreal. Es idílico. Es el objetivo. Además, ahora empieza a venir talento de fuera, de países como Suecia, Inglaterra, Brasil, Noruega, donde el fútbol femenino lleva años de ventaja en su desarrollo, aunque sí es cierto que en España las distancias con esos países se están recortando.


Todas estas cosas que en la televisión son tan bonitas y alimentan el orgullo patrio, son fruto de la inversión económica de la cual últimamente el fútbol femenino se está viendo beneficiado, pero en el maravilloso infrafútbol hay mucho por hacer.


Para finalizar, y por ello este blog se centra más en la gestión y en el beneficio social que puede ofrecer el fútbol, voy a opinar sobre lo que creo que son consejos para hacer crecer la base del Futfem:

-Los clubs deberían apostar por el fútbol femenino en las mismas condiciones que el masculino, no solo como reclamo, fuente ingreso o lavado de imagen.


-La riqueza del club se debería repartir equitativamente entre los equipos que lo forman. Con independencia del género.


-Dar al fútbol femenino visibilidad en las redes sociales. Más protagonismo.


-Apostar por la formación, dejando la competición como secundario. Que el nivel competitivo lo marque el desarrollo de la formación y crecimiento de las jugadoras.


-Los clubs deberían ser cercanos, trabajar y desarrollar el sentimiento de pertenencia. El “me quiero quedar aquí”.


-Facilitar a las jugadoras con menos recursos el practicar fútbol, sin pedirles nada a cambio. (con independencia de su calidad y talento).


-Apostar por un cuerpo técnico de calidad, con conocimientos y con la sensibilidad necesaria para llevar a un equipo femenino. Por experiencia diré que un vestuario femenino y uno masculino son mundos muy diferentes y no pueden ser llevados de la misma manera.


-Ponerse un objetivo claro y realista. Saber hacia dónde se quiere ir. Seguir con constancia y paso firme el camino, aunque hayan contratiempos.


-Crecer siempre dentro de las posibilidades de cada club. Es mejor tener un solo equipo de fútbol femenino y tratarlo de maravilla, que no tener cinco y mal llevados.


Y, sobre todo, mucha paciencia, ya que todo crecimiento requiere de un proceso de altos y bajos.





Espero que este artículo o entrada ayude a dar un punto de vista más real de lo que es el fútbol femenino. Estamos en el camino. El fútbol femenino es precioso y se están haciendo proyectos muy bonitos (recomiendo echar un ojo al del UD Molinos en Mataró o el del EFF Rosalía en Galicia, como ejemplos de buena planificación), pero queda mucho que hacer. Se ha de acabar con el machismo que sigue imperando en el fútbol y que impide el desarrollar la base. Y sobre todo, acabar con los prejuicios: una niña que juega a fútbol es una niña que juega a fútbol, no una “marimacho” o una “lesbiana”. Estamos en un gran momento, pero corremos el peligro de que se quede en una moda pasajera, por lo que depende de TODOS y TODAS que eso no ocurra.

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